- Irene Paola Garza Del Valle / Mentes en Equilibrio
Autoconciencia sexual y erótica: La base para una vida sexual plena y satisfactoria.

¿Cómo describirías tu personalidad sexual y erótica? ¿Qué te gusta y qué disfrutas más? ¿De dónde viene o en donde aprendiste eso que te gusta y eso que disfrutas? ¿En dónde sientes rico y en dónde no? ¿Qué no te gusta o que te hace sentir mal, incómodo(a), culpable o insatisfecho(a)? ¿De dónde viene y en dónde lo has aprendido? ¿Hay algo que te gustaría mejorar de tu vida sexual contigo y/o con los otros? ¿Hay algo que callas o te da vergüenza contarle a alguien y te genera mucho sufrimiento? ¿Has llegado a mentir o a exagerar o a minimizar detalles sobre tu vida sexual por miedo a lo que piensen los demás o por sentir que no “es normal”?
La autoconciencia erótica-sexual es la capacidad de identificar, percibir y conocer tus propias características y tu “personalidad” erótica y sexual y del mismo modo, entender cómo tu “yo sexual” se ha formado, se ha desarrollado y ha ido evolucionando según tus vivencias; y al mismo tiempo y producto de esa observación profunda y ese entendimiento, es la habilidad de actuar de forma adecuada y efectiva contigo mismo(a) en cuanto a tu cuerpo, sensaciones, gustos, deseos, necesidades, relaciones y actividad(es) sexual(es) y erótica(s).
¿Qué pasa cuando no te conoces sexual y eróticamente a ti mismo(a)?
La falta de autoconciencia erótica y sexual genera mucha confusión y sufrimiento. La mayor parte de los problemas a nivel sexual que las personas experimentan, se deben a una percepción y una actitud sexual inadecuada. El no conocer tus necesidades y deseos y de dónde provienen estos, sumado a las exigencias, estereotipos y creencias, así como a la tensión, preocupación e incluso la ansiedad que genera el no poder cumplir al pie de la letra dichas creencias irracionales y estereotipos, juegan un papel fundamental en tu vida sexual y en la forma en la que la vives.
Problemas sexuales como: la falta de orgasmos o la dificultad para sentirlos, la dificultad para sentir excitación, la eyaculación precoz, la falta de deseo sexual, la disfunción eréctil, el dolor físico durante las relaciones sexuales e incluso una vida sexual obsesiva y adictiva, así como simplemente un sentimiento de insatisfacción o de falta de plenitud, son problemas que se previenen y se tratan a través del autoconocimiento y la autoconciencia erótica y sexual.
¿Cómo cambiar creencias, estereotipos y patrones sexuales-eróticos no placenteros e insatisfactorios?
A través de un proceso guiado de autoconocimiento como lo es la terapia puedes aprender pensamientos más sanos y conductas más asertivas que te permitan eliminar estos problemas de raíz y así poder tener una vida sexual plena y satisfactoria. También es importante que busques manuales, libros o fuentes científicas y/o de profesionales especializados que te permitan tener información mucho más objetiva sobre sexualidad y erotismo.
¿Cuáles son las áreas a analizar dentro de un proceso de autoconocimiento sexual-erótico?
Análisis social y cultural:
A través de un proceso terapéutico es importante analizar, identificar y trabajar con las imposiciones y demandas sociales referentes a la sexualidad, ya que vivimos en una cultura orientada a “el resultado” y al rendimiento, es decir, con un enfoque en el orgasmo, y no al disfrute del acto completo. También vivimos en una cultura en la cual aprendemos de sexo a través de la pornografía (la cual es una visión limitada, exagerada y poco realista de la sexualidad, desde las características de los cuerpos que nos venden como eróticos y sexuales, hasta el mismo acto sexual en donde no existe un “pre-calentamiento”, en donde las mujeres si no gritan y gimen es como si no disfrutaran, en donde ellos siempre tienen erecciones que duran horas, etc.).
La sociedad y la cultura predican creencias 'sexuales' muy estereotipadas con las cuales vamos comparando nuestra propia sexualidad y nuestras propias experiencias. Ante estos esquemas mentales, es normal que interpretamos que no “damos el ancho” o que “tenemos un problema” o que “nuestra vida sexual no es buena” y de esa manera le demos un significado a nuestra sexualidad desde la frustración, la sensación de inferioridad y mucha confusión.
Además de las creencias provenientes de la industria pornográfica, hemos introyectado muchas otras ideas sin cuestionar que tan reales son. Algunos otros estereotipos sobre sexualidad y erotismo son:
Si un pene no es grande no produce placer.
Masturbarse es algo sucio, algo malo.
El hombre es el que tiene que dar el primer paso para tener relaciones sexuales.
Las mujeres no tienen iniciativa sexual y las que la tienen son putas.
Las mujeres no piensan en sexo, ni se masturban.
Los hombres solo buscan el placer sexual.
Los hombres solo piensan en sexo.
Un hombre homosexual no es varonil ni masculino.
Las mujeres lesbianas son machorras
El deseo y la excitación se dan por sí solos, solo hay que dejarse llevar.
Hablar de sexualidad quita la espontaneidad en la cama.
No es bueno planear las relaciones sexuales, si no surgen solas pierden lo erótico y placentero.
Si el otro es para mí debe de saber exactamente qué es lo que me gusta a nivel sexual.
La primera vez es perfecta, todo color de rosa y super romántica.
En general, este tipo de creencias irracionales lo único que generan es que actuemos y practiquemos nuestra sexualidad de una forma irracional y poco objetiva. Así que para dejar de reproducir actitudes y conductas que generan insatisfacción es importante que nos despojemos de estas creencias y dejemos de reproducirlas. La sexualidad es muy personal y muy íntima y desde esa individualidad es que hay que vivirla.
Aunque es cierto que con el tiempo se ha generado una mayor apertura y entendimiento acerca de la presión social que existe y de la propagación de estas creencias irracionales culturales y su influencia en el mundo sexual y erótico de todas las personas, al ser un tema tan privado y tan íntimo muchas personas siguen viviendo e incluso sufriendo en silencio esta sensación de no “estar llenos” de que “algo les falta” o “de que su vida sexual no es cómo en las pelis y en el porno”.
Análisis de la influencia de familia y amigos:
No es lo mismo crecer en una familia que cree en la virginidad hasta el matrimonio, que en una familia que cree en el aborto, no es lo mismo crecer en una familia en la que nunca se ha hablado del desarrollo reproductivo, de los métodos anticonceptivos, de la autoexploración a en una familia en donde todos estos temas se han ido explorando poco a poco y según la etapa y necesidades de cada miembro familiar. No es lo mismo crecer en una familia que respeta la diversidad sexual a familias que recriminan todo aquello que no represente a los modelos “tradicionales” (heterosexuales y monógamos) y tampoco es lo mismo crecer en una familia de religión musulmana, judía, católica, cristiana o atea.
El cómo nos hablan de la sexualidad influye muchísimo. Muchas veces no cuestionamos lo que nos cuentan nuestra familia y amigos y dejamos a un lado nuestras propias capacidades, deseos y creencias, entregándonos a las tradiciones y creencias familiares, las cuales nos limitan y nos reprimen.
Si tuviste la fortuna de crecer en una familia que siempre ha hablado y fomentado una sexualidad libre y natural, seguramente tendrás más fortalezas y mayores habilidades, no solo para tener una mayor autoconciencia erótica, sino para experimentar tu sexualidad desde un lugar más libre y seguro. De lo contrario, seguramente tendrás mayores dificultades debido a la culpa y a la inseguridad que te harán evaluarte y percibirte negativamente a ti mismo(a) y podrán limitarte en la práctica y en tu propia experimentación y construcción de tu mundo íntimo.
El grupo de iguales y amigos también tiene una influencia muy importante, estar en un grupo en donde existe cierta presión y competencia y en donde una sexualidad “activa” da un cierto status, puede generar mucha presión y fomentar que desarrolles una sexualidad basada en el “resultado” o en los números, más que en la calidad y la verdadera satisfacción.
Análisis de las propias vivencias y experiencias:
También nuestra autoconciencia depende de lo que hemos vivido y de cómo hemos experimentado nuestra propia sexualidad. Nuestro “yo sexual” y la conciencia de nosotros mismos dependerá en si hemos ido a nuestro paso y bajo nuestros deseos o si hemos vivido situaciones en donde nos hemos sentido forzados e incómodos e incluso si desgraciadamente se han vivido situaciones de acoso y abuso. La primera vez que te gustó alguien, que besaste a alguien, la primera vez que te tocaste, tu primera relación sexual, etc., todo va sumando o restando. ¿A cuántos de nosotros no nos vendieron a nuestra primera vez como un momento único e irrepetible, romántico y color de rosa? Cuando la realidad es que muchos de nosotros lo hicimos a escondidas o con la presión de que no nos cacharan, al otro le olía la boca a tacos, para algunos incluso hasta físicamente incómodo y/o doloroso y al terminar nos hicimos la misma pregunta ¿Es solo esto? ¿Ya?
Después de que realices este análisis y de saber ¿Qué proviene de tu contexto social?, ¿qué de tus amigos y familia? y ¿qué de tus propias vivencias?, es importante que identifiques que creencias y actitudes o conductas alimentan positivamente tu sexualidad y tu erotismo y cuales lo lastiman y lo limitan. Así podrás ser consciente, con que te quieres quedar y con que no. Es importante que te informes, que consultes con profesionales y amplíes y sanes tus conocimientos para reconstruir una realidad y significados más objetivos y limpios de prejuicios que te permitan vivir una vida sexual contigo y los demás desde la confianza, el respeto y la libertad.
La práctica hace al maestro
Es cierto, que fomentar una mayor autoconciencia y una mayor satisfacción a nivel sexual, no sólo se logra al analizar nuestras creencias, el segundo paso importante es poner en práctica lo aprendido. Primero, desde el autoerotismo, es decir, desde la relación contigo mismo, la autoexploración, la aceptación de tus fantasías y tu mundo mental erótico (ya que es un proceso sumamente rico para conocerte mejor). Con la práctica de la auto-sexualidad y erotismo a la hora de relacionarte con los demás serás capaz de permitirte pedir lo que te gusta y saber decir que no a lo que no te gusta. El autoerotismo es importante porque se explora sin la presión del otro y así logras conocerte y descubrirte sin tensión y sin límites.
Tócate, obsérvate en el espejo, vive tu cuerpo y dale vida a tus fantasías con libertad. Entre más te conozcas, sentirás mayor seguridad cuando te encuentres con otra persona. Igualmente, tanto en el encuentro casual, como en el encuentro con una pareja estable anímate a hablar de lo que te gusta, explorar sin miedos, sin tabúes, sin vergüenza, y también abrirte a lo que el otro(a) desea.
En conclusión, desarrollar una conciencia sexual es esencial para poder tener una sexualidad sana con los otros, pero sobre todo contigo mismo(a). Para desarrollarla es esencial que hagas un análisis de tus vivencias y de cómo has ido asimilando y aprendido la “sexualidad” es decir, que mensajes sobre los órganos sexuales, de lo que es ser hombre o mujer, del autoerotismo, la masturbación, sobre el deseo, sobre la excitación, sobre el coito, sobre la libertad y la intimidad, has introyectado a partir de los significados y construcciones que provienen de tu familia, tu cultura y tu contexto social. Es importante que observes tus conductas, patrones y reacciones y con ello seas consciente de la forma en la que vives tu sexualidad, para que de esa manera sepas si estas satisfecho o si quieres hacer cambios para disfrutarte más y mejor. Recuerda que la regla de oro es…si se siente bien, háztelo más, házselo más y que te lo hagan más.