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  • Irene Paola Garza Del Valle/ Mentes en Equilibrio.

Síndrome del nido vacío: ¿Cómo enfrentar efectivamente cuando los hijos se van de casa?


Tener hijos te cambia la vida, de ser tu él protagonista en tus decisiones, ahora giras en torno a ellos. Los niños(as) se vuelven parte de tu satisfacción y tu felicidad, así como también de la preocupación y los retos cotidianos en tu vida.

Por veintitantos años (a veces más o a veces menos), la vida de quienes han decidido ser padres/madres se encuentra enfocada en sus hijos. A través del tiempo, compartirán y disfrutaran juntos distintas etapas evolutivas: los primeros años de vida, la entrada a la edad preescolar, la pubertad, la adolescencia, cuando los hijos deciden independizarse e irse de casa para formar sus propias familias etc. Y así como en cada etapa evolutiva, los progenitores y los hijos han tenido que adaptarse a los cambios que conlleva el crecimiento y el ciclo de la vida; llega un momento en que ambos deben de adaptarse a la consolidación del proceso de independencia y autonomía de los hijos. Esta etapa puede generarte una grande sensación de ausencia, pues a diferencia de etapas anteriores, te toca dejar que tu hija(o) enfrente y disfrute esta etapa más activamente y tomar un rol mucho más pasivo. Aunque el hecho de no tener el mismo contacto con un ser querido puede ser triste, el verdadero problema es cuando los padres y madres se vuelven tan “progenitores” y son más madres o más padres que cualquier otra cosa, que cuando los hijos se van de casa sufren el “síndrome del nido vacío”.

El síndrome del nido vacío es un estado de malestar tras la partida de los hijos, este malestar es provocado por un conjunto de creencias y pensamientos (“ya no valgo nada”, “no me quiere” ,“ya no soy útil en su vida”, “ya no formo parte de su vida”, “me va a olvidar”, “sin mis hijos no soy nadie”, “mis hijos son lo único que le da sentido a mi vida”, “mi vida no tiene sentido sin ellos”, “no voy a ser feliz si mis hijos no están en casa”), los cuáles generan sentimientos como tristeza, la sensación de vacío y soledad, melancolía, ansiedad y/o irritabilidad, así como también, conductas y actitudes como el aburrimiento, sensación de no tener nada que hacer, llanto frecuente o prolongado, síntomas y quejas somáticas, problemas para dormir, alteración en el apetito (falta o exceso de apetito), etc. Este síndrome es el reflejo de la resistencia a la transición a la siguiente etapa evolutiva. Cuando los hijos se van te enfrentaras a dos crisis existenciales: la primera, enfrentarte a la soledad, es decir, el enfrentarse a estar de nuevo solamente con tu pareja (ya no como padres que comparten responsabilidades, sino simplemente como pareja) o de nuevo contigo mismo y segundo, a la crisis con respecto a enfrentar la realidad de la finitud de la vida, el hecho de que los hijos se vayan, te recuerda el paso del tiempo, hace más real el hecho de que has envejecido y te acerca a la idea de que estás en otra etapa evolutiva, más cerca de la muerte.

Este síndrome es más frecuente por lo general en las mujeres, aunque afecta a ambos sexos. Esto debido a que es más común, que sean las mujeres quienes adoptan un papel y un rol más activo dentro de la educación y el cuidado de los hijos, por lo cuál el cambio y la separación suele ser más fuerte para ellas. Sin embargo, los hombres han comenzado a vivir su rol y a desempeñar su paternidad de una forma más activa. De esta manera, han comenzado a enfrentarse al nido vacío de manera más frecuente. La incidencia del nido vacío es cada vez más similar entre hombres y mujeres.

¿Cómo prevenir el síndrome vacío?

Sí todavía tus hijos no toman ese importante paso a la independencia, ya sea para estudiar o trabajar en otra ciudad, vivir por primera vez solos y/o formar una familia, puedes comenzar a seguir una serie de recomendaciones para prevenir el síndrome del nido vacío o para minimizar su impacto y que pueda ser menos doloroso y más llevadero:

  1. No eressolamente la madre o el padre de Pedrito y Marianita, tu eres una persona que es madre y padre, pero también es hija(o) o hermana(o), amiga(o), profesional, deportista o artista, pareja, etc. Cuida tus otras relaciones y tus otros roles en la vida. Aunque los hijos son una gran responsabilidad y una prioridad, no olvides que también tienes otros vínculos y relaciones, cuida tu relación contigo misma(o), con tu pareja, tus padres y con tus amigos,. Así cuando tus hijos se vayan, no sentirás que ya no sabes quién eres o que has perdido tu único rol en la vida.

  2. Fomenta, permite y acepta la independencia y autonomía de tus hijos desde chicos. Saber que ni tu los necesitas, ni ellos te necesitan para vivir, te facilitará procesar y afrontar cuando ellos se vayan de casa. Enséñales a cuidarse, eso te dará la tranquilidad de que cuando se vayan pueden hacerlo porque les has enseñado a hacerlo.

  3. No dejes de lado tus hobbies e intereses, date un tiempo a la semana para hacer al menos una actividad que disfrutes, mantén el contacto con tu círculo social. Cuando ellos vayan a alguna clase extraescolar, tu apúntate a otra.

¿Cómo afrontar el síndrome del nido vacío?

Si estas justo viviendo esta etapa y alguno de tus hijos(as) está dando el paso de vivir solo y/o formar su propia familia, sigue estas recomendaciones para manejar efectivamente su partida:

  1. Haz un cierre, tomate una tarde para hablar con tu hijo(s) sobre lo especial que fue vivir juntos todos estos años, no te quedes con las ganas de decirles lo mucho que los quieres y a pesar de que te cuesta trabajo esta nueva etapa, hazles saber lo orgullosa que estas de ellos. Puedes hacer una comida o una de despedida a tus hijos y al otro día hacer una comida o una cena de bienvenidaa una nueva etapa de tu vida, con amigos, con familia o con tu pareja.

  2. Expresa tus nuevas necesidades, aprende a pedir. Se vale pedirle a tus hijos que no se muden abruptamente, puedes pedirles que se muden progresivamente si es posible, que empiecen solo los fines de semana y vayan ampliando el periodo. También se vale pedir tener un tiempo para seguir conviviendo a la semana o si están en otro país pedir hacer skype o llamarse regularmente ( a regularmente no me refiero 3 veces al día, sino dos veces o una vez por semana).

  3. Ten paciencia, es una etapa normal, no te juzgues. Infórmate sobre el síndrome del nido vacío, platica con gente y amigos que estén pasando por lo mismo que tú. El saber que no eres la única o él único te ayudará a no asustarte por las sensaciones que puedas experimentar.

  4. Tu rol de madre o padre no se acaba. Aunque tus hijos vivan fuera de casa y sean mucho más independientes, eso no significa que no puedan contar contigo para algún favor o que no puedas seguir aconsejándoles y compartiendo tiempo con ellos. Mantén el contacto con tus hijos, pero respetando su independencia e intimidad. Enfócate en lo que ganas y no en lo que pierdes: menos trastes que lavar, menos alimentos que comprar, disfruta ser padre/madre, pero sin tanta responsabilidad.

  5. Retoma el protagonismo y busca nuevos roles y/o actividades. Por fin tendrás más tiempo de hacer todas esas cosas que dejabas de lado por cuidar y educar a tus hijos, retoma hobbies o pon en marcha todo aquello que siempre has querido hacer.

  6. Si tienes pareja es hora de encender la llama de nuevo. Es hora del desquite, ahora tienes noches libres para salir a cenar juntos, más dinero para hacer un viaje juntos, mayor intimidad, compartir con su grupo de amigos y hacer cosas juntos que con los hijos no eran tan posibles. Muchas veces que los hijos se vayan de casa reúne a las parejas.

  7. Si el síndrome del nido vacío y sus síntomas se prolongan más de un año y no ocurren como parte de un proceso normal de adaptación, o si son muy intensos y te causan mucho malestar, pide ayuda profesional. Ir con un psicoterapeuta te permitirá superar esta etapa evolutiva y el duelo de una manera efectiva y positiva.

Como mencioné anteriormente, el que tus hijos se vayan es una oportunidad para retomar tu vida, tus hobbies, reestructurar, renovar y fortalecer el vínculo de la pareja e incluso comenzar a hacer cosas que nunca hiciste debido a la falta de tiempo y dinero. El que los hijos se vayan no siempre es una tragedia, también puede ser una oportunidad de vivir otras cosas increíbles. ¡Déjalos partir, disfruta su vuelo y sal de ese nido a explorar otros aires!


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