- Irene Paola Garza Del Valle / Mentes en Equilibrio
La Asertividad: externando efectivamente tus pensamientos y emociones.

En mi artículo "Los cimientos del cambio se encuentran en tu mente" , te hablé de la importancia de identificar los patrones de pensamiento negativos e irracionales que forman tu estado de sufrimiento; igualmente, te sugerí una de las vías por la cual puedes comenzar el cambio en tu forma de percibir el mundo: la visualización positiva.
Sin embargo, no solo es importante generar cambios internamente, muchas veces las personas se generan sufrimiento y le generan sufrimiento a otros por la manera en la que externalizan y expresan dichos pensamientos y las respectivas resultantes emociones. Hoy hablaremos sobre la importancia de externar asertivamente lo que sentimos y pensamos. Pues la forma en que comunicamos nuestro estado interior, determina en gran parte como nos relacionamos con quienes nos rodean y con el mundo en general.
¿Cuántos de ustedes alguna vez no le dijeron a sus padres que pensaban diferente a ellos por miedo a su reacción? ¿Cuántos de ustedes no le expresaron a su jefe que no les gustaban sus malos tratos o la forma en que les hablaba frente al equipo de trabajo? ¿Cuántos de ustedes le gritaron e insultaron a su pareja ante un desacuerdo? ¿Cuántos de ustedes le pegaron a su hijo por perder la paciencia?, ¿Cuántos de ustedes le mintieron a un amigo, para que no se sintiera mal? Si, así es, durante nuestra vida muchas veces evadimos expresar nuestras verdaderas necesidades, emociones, pensamientos y deseos por miedo a la reacción de los demás o muchas otras veces, sobre reaccionamos dañándonos y dañando a quienes más queremos.
Y seguramente te preguntes: ¿Cómo le hago?, ¿Cómo le hago para decir lo que pienso sin suprimir mis necesidades y no caer en la sumisión y la pasividad? y ¿Cómo le hago para no irme al otro extremo, reaccionar agresivamente y ser opresor de las pretensiones de los demás? , ¿Cómo me hago más efectivo en mis relaciones interpersonales y en mi relación conmigo mismo?; la llave que abre las puertas a esta serie de cuestionamientos, es la asertividad.
¿Qué es la asertividad?
La asertividad viene de acertar, es la capacidad de expresar efectiva y claramente lo que queremos que ocurra y de ser libremente sin dañar al otro, tomando en cuenta sus derechos y sentimientos, sin suprimir o dejar a lado los propios. Es decir, la asertividad se resume en respeto, empatía y en comprensión, pero al mismo tiempo en autoestima y autonomía.
De este modo, la asertividad es la habilidad que permite la comunicación efectiva de pensamientos y emociones, la resolución de problemas y se resume en la congruencia entre pensamiento-acción. Y estos tres aspectos se mueven en dos líneas paralelas: la vida intrapersonal (es decir, la relación con uno mismo) y la vida interpersonal (es decir, la relación con los demás).
Sin embargo, cabe aclarar, que la asertividad no nos asegura ganar o conseguir lo que queremos siempre. Quien crea que la asertividad lo llevará a conseguir siempre lo que desea, se verá constantemente frustrado. Pero si es real, que la asertividad es una vía por la cuál se hace más fácil que las personas lleguen a un acuerdo entre unas y otras, haciendo valer sus deseos y que ambas partes obtengan lo que desean o esperan dentro de la relación o la interacción y convivencia.
¿Cómo desarrollo la habilidad de la asertividad?: La formula de asertividad como guía para la expresión y la comunicación asertiva.
El primer paso, es reconocer que tus emociones, necesidades y deseos son válidos, tan válidos como los de todas las personas, ni más, ni menos, simplemente diferentes. Este reconocimiento de valía permite la defensa de tus propios ideales y el respeto de los demás, por muy diferentes que sean a los tuyos.
El segundo paso es el uso de la fórmula de asertividad, ya que al principio, tal vez nos pueda costar un poco de trabajo expresar y comunicarnos de una manera diferente a la que estamos acostumbrados. El uso de la fórmula resulta una excelente guía en el desarrollo de la expresión y la comunicación asertiva:
“ Cuando tu…
“Yo siento… yo pienso…”
“Me gustaría…”
“Yo por mi parte…”
Y te preguntarás, ¿Cómo se usa? Usemos el siguiente ejemplo: Supongamos que una amiga queda contigo de ir a tomarse unas cervezas y por tercera vez te deja plantada; desde la postura pasiva, tu reacción sería quedarte callada y nunca decirle lo mal que te hace sentir y lo mucho que te enoja que no tome en cuenta tu tiempo y el compromiso y el plan que tenían; por otro lado, desde una postura agresiva podrías mandarle un mensaje similar a este: “¿Quién chingados te crees para dejarme plantada?, ya estoy harta de ti y de que juegues con mi tiempo y te valga madres, ahora si me hiciste encabronar” incluso podrías marcarle y gritarle todo eso, desencadenando una gran pelea. En cambio, desde la postura asertiva, utilizarías la formula anterior de la siguiente manera:
“Cuando tu quedas conmigo y no me avisas que no llegarás o que tienes que cancelar el plan, yo pienso que no tomas enserio nuestros compromisos y por lo tanto nuestra amistad, pienso que no te cuesta nada avisarme u organizar tu tiempo para darte un espacio para quedar conmigo sin cancelar, yo me siento triste, frustrada y enojada, me gustaría que si no puedes me avisaras o que busques un espacio en la semana en donde no vayas a tener imprevistos y realmente podamos vernos, yo por mi parte estoy dispuesta a comprender si sale algún imprevisto, pero también a hacerte saber si tu forma de actuar no me esta haciendo sentir satisfecha dentro de nuestra relación.”
Si te fijas, primero estas diciendo claramente lo que te molesta, expresas tu percepción e interpretación de la conducta del otro y como te sientes al respecto, pero sobre todo, le dices a la persona claramente cual es el cambio que esperas de ella y a lo que tu estas dispuesto(a), muchas veces solo expresamos la molestia sin proponer soluciones, creemos y suponemos que el otro debe de saber que hacer y nos olvidamos de que cada quien es un mundo y que puede que el otro no haya pensado o considerado dicha solución, por muy obvia que te parezca. Y finalmente, como las relaciones son equitativas, también propones hacer algo, así el otro no lo siente como una exigencia, sino como un dar y un recibir.
Muchas veces le digo a mis pacientes que al principio, en lo que desarrollan esta habilidad, escriban lo que quieren decir usando la formula antes de decírselo a la otra persona, ya que puede que no estemos acostumbrados a expresar lo que sentimos y pensamos de esa manera, después, poco a poco iremos recordando como usarla y podrás usarla automáticamente, Practícala y observa y experimenta las diferencias, en como te sientes sin callarte y sin decirlo de mala manera sintiéndote culpable después y en como reaccionan los demás cuando eres sincero contigo y con ellos.
¿Cuáles son las consecuencias de no desarrollar una comunicación asertiva y los beneficios de si hacerlo?
Las personas con tendencias pasivas, es decir, aquellas que no expresan lo que sienten por miedo a las reacciones y desaprobación de los demás, se enfrentan a ciertas consecuencias como a obtener el rol o etiqueta de “victima”, son propensos a sufrir maltrato, a que sus familias, parejas y amigos tomen decisiones por ellos o a que no se respeten o tomen en cuenta sus gustos, necesidades y deseos en cualquier entorno social en el que se desenvuelvan; también tienen mayor predisposición a vincularse en relaciones en donde puedan llegar a ser sometidos y finalmente no tienen la capacidad de negarse aunque ello signifique ir en contra de sus propios principios, valores y metas. Además, consigo mismos experimentan inseguridad, incertidumbre y un desequilibrio en cuanto a su identidad. El mensaje que expresan a otros al omitir expresar asertivamente sus pensamientos y sus emociones y con sus comportamientos pasivos es: “Lo que yo sienta, piense, o desee no importa, importa lo que tu sientas pienses o desees”.
Por otro lado, las personas con tendencias agresivas, aquellas que anteponen sus deseos de tal manera en que los de los demás son menos importantes, sufren al manipular y obligar a sus amigos y pares ya que realmente no se permiten una relación basada en la igualdad y la reciprocidad, exigen y hacen valer sus derechos sin importar lo que hacen para lograrlo, lo cuál puede generarles a futuro una gran culpa. El mensaje que expresan con estos comportamientos es: “ lo que yo sienta , piense o desee esta por encima de lo que los demás quieran, y no importa que tenga que hacer para conseguirlo”, esta posición egoísta y poco empática los aleja de construir relaciones sanas y satisfactorias consigo mismos y con los demás.
En conclusión, una persona que es asertiva, se beneficiará al lograr construir una identidad más sólida y por lo tanto tendrá una mayor autoestima, logrará también edificar relaciones más satisfactorias, basadas en la empatía y el respeto que causaran que los demás se sientan cómodos al relacionarse con él o ella, igualmente, tendrá mas probabilidades de manejar exitosamente discusiones, problemas, retos y desacuerdos. Así que ya sabes, ni el silencio, ni los gritos son la forma! Solo tu puedes hacer decidirte y hacer el cambio, lograr el equilibrio a través de la comunicación asertiva.